Bienvenidos a la página dedicada a la oración, devoción y auxilio de las animas del Purgatorio.

Ayudemos a las animas en ese terrible lugar de paso en el que están, en su tránsito hacia la Luz Eterna, para que puedan gozar pronto de la alegría del Señor con los bienaventurados. Nuestro auxilio será recompensado con creces, y nuestras obras de caridad y piedad para con ellas no nos defraudarán. Tal vez no puedas ser misionero por tierras extrañas, pero estés donde estés, en el lugar más solitario, abandonado, o postrado, siempre podrás realizar caridad con las animas del más allá. Una vez alcancen la gloria, ellas no te dejarán desvalido.

Oremos constantemente, pues, y hagamos actos de devoción, humildad, sacrificio y súplica, por las animas del Purgatorio.
Plegaria por las ánimas del purgatorio

¡Oh, Dios, siempre justo en la sentencia!
Por las ánimas benditas yo te ofrezco
todo ayuno, vigilia o abstinencia.
Y cualquiera obra buena en que merezco:
todo el rezo, el trabajo, la indulgencia,
las angustias que sufro y que padezco.
Y ofrezco por alivio en sus quebrantos
los méritos de Cristo y de sus Santos.
Oración para la liberación de las ánimas del Purgatorio, penetrándose en los sentimientos de Nuestra Señora de los Dolores, cuando ella recibió en sus brazos a su divino Hijo

- ¡Oh, Fuente inagotable de verdad, cómo estás tan agotada!
- ¡Oh, Sabio Doctor de los hombres, cómo te has vuelto mudo!
- ¡Oh, Esplendor de la Luz Eterna, cómo estás tan apagada!
- ¡Oh, Amor verdadero, cómo tu hermosa figura se ha deformado!
- ¡Oh, Altísima Divinidad, cómo me haces ver a mí en una pobreza tan grande!
- ¡Oh, Amor de mi corazón, cuán grande es tu bondad!
- ¡Oh, Delicia de mi corazón, cuán excesivos y múltiples han sido tus dolores!

Oremos:
Señor mío Jesucristo, Tú que tienes en común con el Padre y el Espíritu Santo una sola y misma naturaleza, ten piedad de toda criatura y principalmente de las ánimas del Purgatorio. Amén.

Nota: Esta devoción a Nuestra Señora, sobre los sentimientos de nuestra Santa Madre al recibir el cuerpo de Cristo tras ser bajado de la cruz, se encuentra en un cuadro en una iglesia de Polonia. Fue aprobada por el pontífice Inocente XI, el cual concedió la liberación de quince ánimas del Purgatorio cuantas veces se rezase esta oración. Esta devoción fue aprobada por los pontífices Clemente III y Benedicto XIV con Indulgencia Plenaria.

Además, el pontífice Pío IX confirmó esas disposiciones y agregó 100 días de indulgencia. Se recomienda rezarla cada día.
Ánimas bienaventuradas, perdonad, perdonad mis descuidos, pues conozco que han sido y son muchos, y he dejado pasar infinitas ocasiones de aliviar vuestras penas, que traigo atravesadas en mi corazón; os ruego, ánimas benditas, me alcancéis siquiera una centella de verdadera caridad, para que de veras pueda emplearme en no dejar pasar ocasión, y en esforzarme por lograr muchas, para obrar siempre en alivio vuestro. Amén.